lunes, febrero 19, 2007


Deseo poder cerrar los ojos sin temer tu perdida.
Deseo descansar sin sentir tus miedos.


No logro conciliar el sueño teniéndote tan cerca y sintiéndote tan lejos. Veo correr los días en aquel banco, en aquella vida, como esporádicos momentos consecuentes de un fortuito desentendido.
Siento como tu silencio calla mis palabras y penetra mis pensamientos, susurrándome que no debo temer, que no debo sufrir, mientras fijas tus ojos en señal de despedida.
E intento aferrarme a cada suspiro, a cada gesto, manteniéndolo inalterable en mi memoria mientras le ruego al tiempo que tampoco me quite eso.
Y contengo mis lágrimas para no borrar tu sonrisa, para que nuestra despedida sea memorable. Y ahogo mis angustias temiendo que el tiempo arrebate tus segundos, también míos. Sospechando que, entonces, no evitaré caer en aquellas aguas, tan turbias, que la esperanza logrará abandonarme y tu recuerdo no logrará aferrarme.

martes, febrero 06, 2007

“Quiero que seas feliz, sólo eso.”

Y me llenaste de recuerdos, al tiempo que me devolvías la sonrisa que imprudentemente había cedido. Cientos de momentos agradables que, uno tras otro, me sumergían en la eternidad de ese instante.
Y como en un sueño, los recuerdos se desvanecieron para dejar esa agradable nostalgia que embriaga la esperanza y ahoga la aflicción, ignorando que en ese momento lo habías logrado.