viernes, diciembre 29, 2006


"Perderse en los sueños
para navegar en el corazón iluminado de la noche.
Unirse a su aparente silencio
para escuchar los susurros de la vida oculta y vibrante de armonía.
Fundirse en su intimidad para abrir el corazón a la quietud.
Detener el curso de los pensamientos
para acoger el dulce desconcierto del presente instante que goza en la eternidad." Tiziana Mattera


Solo por esta noche, dejaré que me susurre sus secretos. Pues, esta noche, soy inmensamente feliz :).

sábado, diciembre 23, 2006

Este año...

Desearía poder decir que este año sólo trajo alegrías. Que por momentos sólo buscaba tristezas para cambiar con la rutina. Desearía… pasé el año deseando y esperando. Buscando explicaciones a cada desilusión. Inútilmente.
Y con las últimas hojas del calendario, como es habitual en mí, volvieron los recuerdos con sonrisas llenas de nostalgia.
Y detrás de esos largos momentos de angustia llegaron las palabras de consuelo, las innumerables caritas llenas de sonrisas, los puñaditos de flores, tan presentes que aún puedo sentir su aroma. Aquellos abrazos que no fueron necesarios pedirlos, y sin duda serán el comienzo de algún incontrolable cariño.
Aún puedo sentir los dulces besos que mi abuela dejaba caer junto a la noche, acompañados de algunas suaves palabras al oído. O la emoción que despertaba en mi corazón el olorcito a turrón en la mañana de navidad. La mesa dulce llena de sabores y la imponente fragancia del melón en épocas de fiesta.
Puedo oír las alegres canciones de mis amigos cada fin de año y recordar la emoción que sentía al cantar junto a ellos. Los mate cocidos, las reuniones hasta altas horas de la noche. Y aún hoy puedo sonreír cada vez que recuerdo la cara de felicidad de mis primitos cuando abrían sus regalos.

Este año me toco vivir cosas difíciles. En el trabajo, en los estudios, en la vida. Cosas que por momentos me hicieron entender que nada suele ser justo, que las cosas pasan porque así deben ser, sin razón, sin explicación. En esos momentos cerraba los ojos y sólo deseaba que todo retomara su curso. Pero al abrirlos seguía igual, y me alegra saberlo;).
Este año me volví más fuerte, más distante. Aprendí a fijarme menos en los otros y disfrutar un poco más de mí misma. Me volví más selectiva y menos paciente. Aprendí a decir no, a esforzarme el doble por lo que quiero. Entendí que no siempre es bueno abrirse a las personas y que muchas veces es necesario mantener esa dura barrera que nos separa de ellas.
Pero también aprendí que las palabras y la dulzura son indispensables en nuestras vidas. Que en muchas ocasiones un abrazo o un beso puede ser la solución para un corazoncito olvidado. Que nuestros deseos no siempre son lo que necesitamos, y que muchas veces enseñamos más con la comprensión que con el ejemplo.

Ahora, cada vez que los problemas parezcan superarme, sólo voy a recordar que en algún momento los días fueron más fáciles. Aún voy a cerrar los ojos, pero no para desear que todo sea mejor, sino para recordar los incontables momentos que llenaron de alegría mi vida. Para darles un espacio a todas esas personitas importantes que aún se hacen escuchar y querer.

Todos tenemos buenos momentos para recordar, aún cuando las cosas parezcan superarnos y nuestras risas no sean más que un abrazo perdido en el tiempo . Aún en esos momentos de desesperación, hay recuerdos esperando a nuestro encuentro, con la única intención de robarnos una sonrisa.
Estas fiestas no voy a pedir deseos, no voy a buscar un cometa en cada arbolito, ni a mirar las
estrellas esperando que alguien también las contemple. Estas fiestas sólo voy a disfrutar lo que tenga, lo que se presente. Y cómo no, regalarles una gran sonrisa.


¡Felices fiestas a todos! Y no olviden disfrutarlas :).

sábado, diciembre 16, 2006

"El libro de las preguntas" de Neruda. Recuerdo haber perdido varias sonrisas entre sus páginas. Un sin número de preguntas. Algunas llenas de dulzura, otras de sarcasmo, pero sin duda, todas sumamente curiosas.
Hoy seleccioné algunas de ellas...

"¿Las lágrimas que no se lloran esperan en pequeños lagos? O serán ríos invisibles que corren hacia la tristeza?"
"¿Verdad que es ancha la tristeza, delgada la melancolía?"
"¿Es verdad que las esperanzas deben regarse con rocío?"
"¿Porqué se suicidan las hojas cuando se sienten amarillas?"
"¿No se ha incendiado la pradera con las luciérnagas salvajes?"
"¿Por qué los árboles esconden el esplendor de sus raíces?"
"¿Sufre más el que espera siempre, que aquel que nunca espero a nadie?"
"¿Porqué en épocas oscuras se escribe con tinta invisible?"
"¿No te engañó la primavera con besos que no florecieron?"
"¿Has pensado de qué color es el Abril de los enfermos?"
"¿Dónde termina el arco iris, en tu alma o en el horizonte?"

y, como no, otras no tan suyas...

¿Son las estrellas las etereas lágrimas de la luna?
¿Serán las mariposas pequeños rayos de arco iris?
¿Es la mirada el disfraz de los sentimientos?
Las palabras que no se dicen, ¿Gritan tristes en el silencio?
¿Quién dirige el coro chicharras en las noches de verano?
¿Porqué existe el girasol y no existe el giraluna?

Espero que les saque más de una sonrisa!

martes, diciembre 12, 2006

“Un error es tanto más peligroso cuanta más cantidad de verdad contenga.” Henry F. Amiel.

Casi cometo un gran error hoy. No me alcanzarían los años para remediar el daño que habría ocasionado. Afortunadamente, desperté antes de encontrar la locura, o de que ella me encontrara a mí :).
En ocasiones, algunas verdades nos seducen tanto, que nos cegamos ante lo que creemos correcto. Y nos olvidamos de que algunas emociones necesitan tiempo para poder ser asimiladas. Para madurar. Tiempo que debemos dejar pasar para reencontrar la tranquilidad.
Y sólo entonces, estaremos en condiciones de tomar nuestras decisiones, con desatino o no. Sólo entonces, podremos sonreír a los problemas con la seguridad de que hallaremos una solución.

Afortunadamente, el tiempo me hizo esperar, pues en toda mi vida no podría saber el daño que habría ocasionado.

sábado, diciembre 09, 2006

Hoy no me siento muy animada... el tiempo parece haberse perdido y traerme añorados recuerdos que creí haber olvidado. Y la presencia de mi abuelita se vuelve inevitable, mientras me ahoga esa mezcla de alegría y tristeza, sintiendo que mi corazón no puede extrañarla más.
Alguna vez dediqué esta carta a una amiga que lo necesitó. Hoy quiero dedicarmela y agradecerle a mi hermana por estas hermosas palabras.



" Y se nos hace imposible continuar, lo sé. Y nos pasamos las mañanas, las tardes y las noches ahogando en lágrimas nuestro corazón, sólo queremos llorar, llorar y llorar. Y maldecimos todo y no entendemos nada, y rogamos jamás haber querido como lo hicimos, pero ya es tarde, ese cariño es todo lo que somos, y a esa personita le debemos nuestro ser. Y se nos pasan las horas añorando un abrazo que antes era parte de lo cotidiano y hoy solo puede ser imaginario.
Entonces queremos regresar el tiempo atrás, pero por más que lo deseamos incansablemente, nada vuelve, de hecho, todo parece correr mucho más rápido, pasan miles de trenes y no logramos tomar tan sólo uno. Nuestros oídos se cansan de oír a las voces decir que así es la vida, y nos volvemos sordos y nos sentimos solos. ¿Cómo puede seguir el mundo si en nuestro corazón se han detenido todos los relojes, hemos extraviado todos nuestros mapas y ha huido cada uno de nuestros sueños?…
Y sentimos que ya no somos los mismos, que algo nos falta. Y buscamos la felicidad escondida pero parece que jamás podremos pronunciar “piedra libre”. Cerramos los ojos y los recuerdos no se dan por vencidos, y parece que nada puede volver a ser igual, simplemente porque esa personita era alguien muy especial.
Y sí, tenés razón, sólo vos podés sentir tanto dolor, y es cierto, no tiene sentido pelear contra él, pero quizás no tengas que pelear, quizás sólo debas dejar que permanezca allí hasta que un buen día, tus ojos acostumbrados, dejen de notar su presencia. Nadie puede impedirte que llores así como tu razón tampoco puede exigirte que te pares y continúes tu camino como si ninguna tormenta lo hubiese atravesado. Necesitás llorar y necesitás sufrir porque esa es la forma que tiene tu corazón de mostrarte cuánto lo querés, de evidenciar cuánto lo extrañás.
Simplemente porque si no estrañáramos, no valoraríamos los abrazos, ni las sonrisas, ni las miradas, ni las palabras. No recordaríamos cuán orgullosa estaba aquella personita de nosotros. Y estoy segura que lo estaba, porque te vio crecer, porque te oyó decir abuelo por primera vez, porque te vio luchar.
¿Y entonces qué?… simplemente nada. Extráñalo, querelo, regalale lágrimas, pero también sonrisas; lo importante es que esas lágrimas no sean producto de la tristeza sino del amor. Recordalo siempre, guardale todo tu corazón si así lo querés, pero no se lo niegues a las otras personitas que están al lado tuyo y tanto te quieren, no les niegues a ellos tampoco tus sonrisas y tu felicidad."

lunes, diciembre 04, 2006

"Nadie pierde (repites vanamente) sino lo que no tiene y no ha tenido nunca, pero no basta ser valiente para aprender el arte del olvido." Jorge Luis Borges

Algunas palabras duelen tanto que logran aferrarse a la memoria sobre cualquier recuerdo. Y creemos que el paso de los días va a opacar el sufrimiento hasta que se pierdan por completo, pero no es así. Esas palabras parecen esconderse tras un esperado olvido, aguardando el momento para volver a lastimarnos.
En ocasiones nos golpean tantas veces, que no logramos encontrar consuelo ni justicia. Nos preguntamos porqué tanto dolor, porqué tanta agonía. Deseamos que el tiempo se detenga solo para nosotros, dejarnos caer en un sueño eterno. Pero nuestras lágrimas no nos permiten el reposo del alma.